La placa base es el componente común en forma de tarjeta de circuito impreso a la que se conectan todos los componentes del ordenador. En ella se interconectan el microprocesador (la CPU), la memoria de acceso aleatorio (RAM), las ranuras de expansión y los otros dispositivos cuyo centro es el circuito integrado auxiliar (Chipset).
Se encuentra ubicada dentro de una carcasa hecha de chapa y tiene un panel donde se conectan los dispositivos externos, además de los conectores internos y zócalos para la instalación de los componentes internos.
En dicha placa, es incluido un firmware que se llama BIOS, en el que se realizan las diferentes funcionalidades como el manejo del teclado, cargar el sistema operativo o el manejo del teclado.
Placas bases hay de muchos tamaños, diseñadas para diferentes procesadores y con distintos sockets y chipsets. Según su tamaño hay cuatro formatos que van de mayor a menor: E-ATX, ATX, Micro-ATX y Mini-ATX. Cada placa está diseñada o bien, para procesadores AMD o Intel y dentro de ellos, para una gama en concreto. La gama de procesadores a la que va la placa base se define por el modelo del chipset, renovándose con cada generación de procesadores Intel y AMD.
El chipset de la placa base determinará las distribuciones de los buses de la placa base, y en consonancia con la gama del procesador y sus especificaciones. En el socket de la placa de base se inserta el procesador o CPU, también se encuentra puertos PCIe que son para las tarjetas gráficas, DIMM que es para la RAM y tenemos los conectores de energía donde se conecta la fuente de alimentación.